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viernes, 28 de septiembre de 2018

La STASI (policía política) lingüística de la moral de lo políticamente correcto


En estos días ha trascendido a los medios de comunicación una historia rocambolesca a mitad de camino entre lo grotesco y el terror. Se produce una reunión entre funcionarios y/o jefes (no queda muy claro) de un organismo del Gobierno de Navarra (en concreto, el Instituto Navarro del Vascuence también conocido como Euskarabidea) y uno de los asistentes en la conversación utiliza el término "dejarse de mariconadas", que en absoluto se refería a ninguna persona de condición homosexual, sino que se podría traducir como "dejarse de tonterías" o algo parecido. 

Aparte de que la expresión sea más o menos acertada, resulta que la persona que tuvo la "osadía" de utilizar el término tenía enfrente a alguna persona demasiado comprometida con la ideología del kanvio (cosa que no resulta de extrañar siendo el organismo en el cual se produjo el suceso), que ni corta ni perezosa denunció la utilización del término "mariconadas" nada menos que al Defensor del Pueblo (desconocemos si también lo denunció en otros foros).




Nos queda la duda morbosa de si la conversación era en español o euskera, y en el caso de ser en el éste, si la expresión "mariconadas" se hizo en castellano o vascuence. Bromas aparte, resulta bastante preocupante que cualquier persona de nuestro entorno esté analizando cada palabra que pronunciemos para acto seguido denunciarnos en cualquier órgano/institución acusándonos de homofobia, racismo o cualquier otro "pecado mortal" de la progresía. 

Imagínense nuestros lectores si a esta auténtica "confidente" de la policía moral de lo políticamente correcto se le ocurre acudir a la Fiscalía del odio (quién sabe, igual hasta lo intentó). Más grave aún resulta que el Defensor del Pueblo, señor Enériz, que hizo una larga carrera de cargazos a costa del PSN y UPN, desde que está el kutrepartito se muestra totalmente sumiso al mismo (ahora se entiende que no lo hayan removido y siga en funciones) y esté dispuesto a prestar oídos a semejante barbaridad. Más que un Defensor del Pueblo, Enériz se muestra día a día como defensor de la administración, es decir, del kanvio.

Aunque con otra intención, el cartel expresa que el silencio significa seguridad, y en nuestro caso, el medir las palabras ante miles de confidentes del kutrepartito dispuestos a denunciarte en una auténtica caza de brujas significa seguridad de no acabar quemado en una hoguera.

En materia de ideología de género, las izquierdas y los separatistas con la complicidad de la cobardía de las derechas y liberales, están implantando un auténtico totalitarismo bajo la mascarada de la ideología de género, y si bien es verdad que puede haber actos concretos de fobia hacia determinados colectivos o desigualdades que es necesario corregir, la ideología de género ha traspasado cualquier línea roja para ser utilizada con intención de implantar una dictadura de lo políticamente correcto y perpetuar en el poder a aquellas fuerzas políticas abanderadas de dicha ideología. 

Muchos recordamos como en las pasadas fiestas de San Fermín, la Policía Floral del kutrepartito estaba tan atareada retirando chapas que se le pasó por alto retirar toda la propaganda proetarra que los bilduetarras habían colocado sobre todo en el Casco Viejo de Pamplona. Porque lo importante no es si realizas actos de enaltecimiento del terrorismo o del golpismo, sino si osas trasgredir lo políticamente correcto, llegando incluso al lenguaje. Al paso que vamos, cualquier día nos encarcelan por no decir “todos y todas”, y el que emplee el término "mariconadas" directamente lo mandan a un gulag.

De entrada, todos los trabajadores del sector público (administración, empresas públicas...) tengan a partir de ahora mucho cuidado las palabras que emplean. Porque para el frentepopulismo "cagarse en Dios" es un acto de libertad de expresión, pero utilizar el término “mariconadas”, aunque no haga referencia a ningún homosexual, está totalmente prohibido. 

Es más, en esta dictadura perfecta, los totalitarios ya no necesitan grandes policías (que ya solo hacen falta para revisar los tenderetes de chapas de fiestas) para perseguir a los infractores y disidentes, tal y como hacían las policías comunistas del estilo de la Stasi, miles de confidentes de manera altruista vigilan nuestros pensamientos y nuestras palabras. 

Por eso, mientras no consigamos terminar con esta locura que amenaza con acabar con nuestras libertades (empezando por la libertad de expresión) el mejor consejo que podemos daros es que midáis muy bien vuestras palabras si no queréis acabar sufriendo las consecuencias. Los frentepopulistas van muy enserio, a ver cuándo nos enteramos los demás del peligro que se cierne sobre nuestras cabezas, sobre todo en cuestiones como memoria histórica, ideología de género y separatismo. 

Por cierto, señor Enériz, si le queda algo de dignidad, presente su dimisión y ¡déjese de m*******!

2 comentarios:

  1. Yo diria sr. Enériz, déjese de mariconadas. Venga a prenderme a mídia, ya quiero ver a su coragen.

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