En este artículo no vamos a detallar todas las formas de recortar gastos porque sin duda hay muchas. Por ejemplo los innecesarios técnicos de euskera municipales, de igualdad, regalar locales con luz y agua a euscalteguis, gazteches... Y a nivel de España el Senado, asignaciones a sindicatos... La lista es enorme, pero hoy me voy a centrar en un tema controvertido. Es un tema que afecta a toda España por igual. Mencionaré ideas para el conjunto de España, pero me centraré en Navarra, especialmente la comarca de Pamplona. Ya lo comentamos una vez, pero hoy daré más argumentos para apoyar la necesidad imperiosa de la fusión de ayuntamientos en La Cuenca de Pamplona. Ahorrar es una razón de peso para fusionar ayuntamientos, pero hay otras razones de mucho más peso como el abaratamiento de la vivienda y la vertebración comarcal. Vertebrar comarcas es, entre otras cosas, evitar que se despueblen, pero para ello hay que establecer un centro comarcal con los servicios que se necesiten.
Fusión de municipios para parar la despoblación y vertebrar comarcas
El número de municipios que tiene España es 8.117, algo monstruosamente inmenso. Cada municipio cuenta con ayuntamiento, alcalde, concejales, edificios públicos, piscinas públicas, empresas públicas... ¡Es un derroche innecesario! Luego dirán que no llega para las pensiones. El 60% de los municipios de España tiene menos de mil habitantes. Hay pueblos que hacen de cabecera que podrían formar un único municipio que concentrase recursos y servicios para un área mucho más extensa. De esa forma sus habitantes en búsqueda de empleo o los habitantes que necesiten servicios no tendrán tanta necesidad o deseo de emigrar a Pamplona o a otras capitales provinciales.
Aparte del color, en La Cuenca de Pamplona la diferencia física entre barrios y pueblos es mínima o inexistente.
Alrededor de las capitales provinciales pasa lo mismo que en comarcas rurales. En el siglo XIX las ciudades empezaron a crecer, derribando sus murallas, para expandirse. En el siglo XX la nueva barrera fue la frontera municipal y continúa así bien avanzado el siglo XXI. Una vez agotado el territorio capitalino, los alrededores de la ciudad están en manos de incontables ayuntamientos del desastre que son las ciudades dormitorio. Y es que cada municipio dormitorio y capital organiza su territorio de espaldas a sus vecinos y sin conectarse entre sí. Por no mencionar las duplicidades en ambulatorios, colegios, polígonos industriales propios, políticos parásitos... Estos municipios enanos son el origen de buena parte de la corrupción, nepotismo y el despilfarro que pagamos los navarros con nuestros impuestos.
Es un craso error fusionar según el número de habitantes, porque cada zona es un mundo. Este error de basarse en el número de habitantes para fusionar localidades se ha planteado aquí en España con la cifra de 20000 habitantes. Por ejemplo, Estella o Tafalla tienen menos de 20.000, pero son capitales comarcales, muy relevantes en su área respectiva, por lo que deben mantener su ayuntamiento. Por otro lado ciudades dormitorio, como Barañáin, Burlada, Sarriguren (Egüés), Cizur Mayor... que en realidad son barrios conurbados a Pamplona, aunque tienen más población que Estella y Tafalla, es más lógico fusionarlas a Pamplona que dejarlas sueltas. El trabajo de fusión municipal hay que empezarlo por la capital de la provincia. Las siguientes localidades son las capitales comarcales. Seguidamente a otras localidades de tamaño considerable, como Tudela, se les añade sus respectivas ciudades o pueblos dormitorio. Hay que favorecer la concentración urbana en vez de la dispersión.
Así es cómo se analiza qué municipios de verdad hacen de barrios y núcleos residenciales, para que la capital provincial o comarcal se convierta en una ciudad más grande, y concentre en un sólo ayuntamiento toda su población y territorio de su área metropolitana. No sé por qué fusionar municipios es un asunto tan controvertido para tanta gente. Fusionar municipios es crear sinergias, mejorar la eficiencia de los municipios. Estamos continuamente dándole vueltas al tema del pago de las pensiones del futuro y la fusión de municipios daría importantes recursos a la hucha de las pensiones. Insisto en que fusionar municipios es hacerlos más eficaces y concentrar recursos en localidades estratégicas para vertebrar comarcas enteras.
Hay zonas rurales inmensas en las cuales en muchos km a la redonda no hay ninguna población con un tamaño importante donde sea fácil determinar dónde situar el ayuntamiento. Tampoco es lógico meter cientos de pueblos y que la capital absorba media provincia... Lo lógico es seleccionar pueblos estratégicos. Por ejemplo se puede poner el ayuntamiento en un pueblo pequeño a la misma distancia de dos pueblos relevantes y que se emplace al lado de una carretera importante, accesible para núcleos de alrededor. De esa forma se centralizarían los servicios en una localidad y no se despoblaría tanto toda la comarca. A lo mejor se despoblarían varios de sus pueblos, como hasta ahora, pero al menos habría un municipio central que se mantendría con multiplicidad de servicios. Así se evitaría que se despoblasen todos los municipios de la comarca respectiva:
Más vale que desaparezcan varios pueblos menores y se mantenga fuerte la capital comarcal que que desaparezca la totalidad de la comarca. Y es que si un municipio de la comarca tiene abundantes servicios, esto disuade a los ciudadanos de los pueblos vecinos de mudarse con tanta frecuencia a la ciudad. A veces hay un par de localidades de población destacada muy cercanas entre sí, como Valtierra y Arguedas, y no está claro, si hay que fusionarlas, quién tendría la cabecera municipal... Ese es un caso donde sí hay debate. Hay que revisar el terreno para que queden unidas las localidades de un mismo valle uniendo zonas con cohesión geográfica. Puede haber casos en los que por el número de habitantes habría sido lógico fusionarlos a otros ayuntamientos, pero por su importancia histórica, se puede hacer excepciones.
La fusión municipal de Pamplona y su vecindad
Que Pamplona y sus alrededores estén divididos en tantos ayuntamientos hace que haya demasiada burocracia y cuanto más burocracia, todo es más lento, caro e ineficaz. La burocracia además causa, entre otras cosas, que se tarde demasiado en conceder pisos. Mucha gente no se anima a tener hijos por no disponer de vivienda propia. El exceso de normativas agrava la situación de encarecimiento y lentitud en adquirir una vivienda.
Lo ideal sería crear un ayuntamiento de Pamplona que sume la Cuenca de Pamplona de toda la vida con su área metropolitana. Las dos áreas geográficas coinciden en muchos de los ayuntamientos excepto la Cendea de Iza y los valles de Ollo y Goñi que son parte de la Cuenca de Pamplona, pero no del área metropolitana de Pamplona y Oláibar y el Valle de Ezcabarte que son parte del área metropolitana de Pamplona, pero no de la Cuenca de Pamplona. Habría que sumar a éstos el ayuntamiento de Esteríbar o al menos concejos como Guenduláin y especialmente Olloqui, que está a escasos metros de Huarte y es básicamente parte del continuum urbano pamplonica. Esta idea se llevó a cabo en Inglaterra cuando se creó el Gran Londres en 1965, de la fusión del condado administrativo de Londres y el de Middlesex. La formación del Gran Londres ha creado una serie de sinergias económicas y sociales en beneficio de sus ciudadanos.
El ayuntamiento de "La Gran Pamplona" sería la suma del área metropolitana de Pamplona más la actual Cuenca de Pamplona, además del Valle de Esteríbar.
De esta nueva Gran Pamplona (Cuenca de Pamplona + área metropolitana + Esteríbar) más la subzona de Puente la Reina (Valdizarbe) haríamos una nueva Mancomunidad de Pamplona más grande, basándonos en la zonificación de 2000. Quizás se le puede añadir a esta nueva Cuenca o comarca de Pamplona algún otro pueblo, valle o cendea más cercano o limítrofe, aparte del mencionado Esteríbar.
No a la autonomía municipal para hacer chandríos
La autonomía municipal siempre ha sido la excusa perfecta que usaban y usan los alcaldes abertzales para pasar de lo que propone o promulga el Gobierno de Navarra y para elegir a dedo exclusivamente a trabajadores abertzales con la excusa del euskera, pero no se les hace examen de español. Se da por hecho que lo hablan y lo escriben bien, cuando en realidad suelen ser mediocres para ser funcionarios, especialmente en lo que respecta al dominio y fluidez de la lengua abrumadoramente mayoritaria de Navarra. Y no se puede ser mediocre en la lengua de preferencia del 87% de los navarros. Eso no contando que la mitad del 13% de los vascófonos prefieren utilizar con la administración el español.
Además con la autonomía municipal, si a un alcalde batasuno no le apetece que entre la Guardia Civil (como pasa a menudo), pues no entra en su municipio. Los batasunos llenan localidades de La Cuenca de sus carteles independentistas y de sus gazteches pagados con el dinero de nuestros impuestos y campan a sus anchas. En Pamplona, aun habiendo alcalde batasuno, se cortan más los proetarras. Por eso la autonomía municipal es un pretexto para hacer lo que les da la gana y que los no abertzales estemos a su merced. Habría que legislar para que la alcaldía no esté nunca por encima de la policía.
Colonización guipuzcoana y pucherazos
Por otro lado, debido a la falta de población o recursos y las trampas y pucherazos que hay en las elecciones de concejos, no debería haber más elecciones de concejos, sino que los concejos estén plenamente subordinados a sus respectivos ayuntamientos. Solo el que es originario de un concejo o el está residiendo o empadronado en un concejo sabe los tejemanejes y las trampas que se hacen en los concejos. Cuanto más pequeños peor. La falta de supervisión y transparencia en los concejos parece de película si no conoces la realidad. Y en los ayuntamientos de menos de 300 habitantes es tres cuartos de lo mismo. En los dos pueblos de mis abuelos se han venido hace décadas familias de guipuzcoanos. Uno es un ayuntamiento pequeño y a nada que vengan cuatro familias suman suficientes votos para elegir alcalde. Se han hecho con el pueblo. Tiene gazteche y en la casi finiquitada legislatura ha pasado a la zona mixta, con todo lo que conlleva (cartelería en vascuence, exigencia o ventajas para los funcionarios vascófonos, léase abertzales...).
Los robasetas abertzales no se cortan en su política colonizadora de Navarra, por eso tenemos que hacer frente común con todo tipo de intercambios políticos, económicos y culturales entre La Rioja, Navarra y Aragón.
Los del pueblo ya no pueden trabajar de funcionarios. Y el pueblo de mi abuela está al lado, pero es un concejo. Allí el alcalde es guipuzcoano, aunque sólo va de vez en cuando. Está empadronado allí, aunque ni siquiera vive en la Comunidad Foral de Navarra. La inmensa mayoría de los empadronados no viven en estos pueblos y muchos casi ni los pisan, pero les es útil porque apenas pagan impuestos y los guipuzcoanos con su voto pueden cambiar alcaldías a menudo sin ni siquiera residir en Navarra. Estos no son casos aislados. Y llevan pasando demasiadas décadas por toda Navarra. Ya hemos resuelto el misterio del origen de muchos de los votos abertzales de toda Navarra. No es de recibo vivir en Pamplona y empadronarse en donde no se reside, pero ya es más que grave que ni siquiera residan en Navarra. Esta ha sido una de las mil trampas del nacionalismo Vasco en Navarra. Pero al margen de eso los ayuntamientos pequeños (cuanto más pequeños peor) y los concejos son focos de prácticas poco recomendables, cuando no de flagrantes delitos.
La actual comarca de Pamplona (más área metropolitana y Esteríbar) con la zona de Puente la Reina (Valdizarbe), y posiblemente algún otro municipio, sería la nueva comarca de Pamplona.
Cuanto más pequeños más corruptos
Fusionando municipios se ahorraría una ingente cantidad de dinero y los batasunos, que conculcan los derechos de la mayoría en los pueblos, se cortarían un poco. Insisto en que por más que detestemos al alcalde batasuno de Pamplona, nos parezca o no, se corta más que los alcaldes batasunos y abertzales de los pueblos de La Cuenca. Para los alcaldes batasunos sus pueblos (aunque en todos los casos están con apoyo de IE y Podemos) son sus feudos y tienen barra libre para hacer lo que les dé la gana.
En Vitoria y Zaragoza todos los pueblos de alrededor son parte de los ayuntamientos respectivos y funcionan estupendamente bien. Vitoria tiene 246 976 habitantes y 276,08 km², Lorca (Murcia) tiene 92000 habitante y 1675 km², Cáceres tiene 96000 habitantes y 1750,33 km² y Zaragoza tiene 665000 habitantes y 973,78 km². El casco urbano de Murcia capital tiene menos de 190000 habitantes, es decir, menos población que la actual Pamplona. Pero como todos los pueblos de alrededor, e incluso de bastante más lejos, son parte del mismo ayuntamiento, el resultado es que Murcia ciudad tiene 440000 habitantes. Con 200000 habitantes Pamplona tiene la mitad de población. En realidad contando sus alrededores Murcia y Pamplona son de tamaño parecido porque la comarca/área metropolitana pamplonesa suma aproximadamente 360000 habitantes. Esta nueva Pamplona surgida de la fusión de su área de influencia tendría cerca de 500 km². A quien le parezca un escándalo, Zaragoza tiene el doble población y de extensión que la propuesta Gran Pamplona y Lorca y Cáceres, con mucha menos población, tienen mucha más extensión que Pamplona. E insisto también al afirmar que Vitoria tiene mucha más extensión que Pamplona.
Para entenderlo más claramente podemos poner ejemplos navarros. Tudela tiene 35000 habitantes y 215 km². La Gran Pamplona tendría 10 veces más habitantes que la actual Tudela y sólo un poco más del doble de km². El Baztán tiene casi 8000 habitantes y 373 km². El Baztán tendría aproximadamente 36 veces menos habitantes que esta nueva Pamplona, pero un poco menos de extensión. ¿Alguien cree de verdad que el Baztán y Tudela estén mal administrados por su gran extensión territorial? Lo cierto es que las localidades de esta nueva Pamplona están ahora mismo mucho mejor conectadas entre sí que las localidades del Baztán por lo es aún más factible crear un ayuntamiento común para toda el área de influencia directa pamplonica que que para el Baztán. Si pensábamos que Zaragoza o Bilbao eran ciudades grandes, en el supuesto de una fusión de todos los ayuntamientos cercanos al municipio de Pamplona, el resultado sería sorprendente. Pamplona tendría sólo la mitad población que Zaragoza y un poco más población que Bilbao. Si en Bilbao se hiciera lo mismo que propongo con Pamplona, entonces Bilbao tendría el triple de población que esta gran Pamplona.
A nivel global, cuando los inversores manejen datos, no será lo mismo decir que Pamplona es una ciudad de 200 mil habitantes (en la actualidad) con un suelo casi totalmente agotado... que decir que Pamplona es una ciudad de 360 mil habitantes, y que tiene una gran cantidad de suelo (488,6 km²) en el que seguir creciendo.
Carestía de la vivienda, falta de innovación y corrupción
Las preguntas que vienen a continuación también se responden en parte por la exagerada multiplicidad de municipios que hay en Navarra. ¿Por qué es la vivienda tan cara? ¿Por qué el sector de la construcción no innova? ¿Por qué genera tanta corrupción, especialmente en España? Ahora veremos que el diablo está en los detalles. En 1997 el gobierno español de José María Aznar legisló para liberalizar el suelo. En teoría esa medida es totalmente acertada. Si hay más suelo urbanizable disponible para construir, se tenderá a competir por el precio y características de los diferentes terrenos. Sin duda la competencia es saludable para el cliente. El problema es que los ayuntamientos ponen restricciones y normas excesivas. No les dejan disponer libremente del terreno de su propiedad a los inversores o constructores. Aunque seas dueño de un terreno te restringen el número de viviendas que vayas a construir.
Es comprensible que haya alguna legislación que te impida construir un edificio de cien plantas. La pega es que los ayuntamientos legislan demasiado para abajo el número de viviendas a construir en un terreno que está en su municipio, pero que ya no les pertenece. Tienen un problema ideológico con la propiedad privada. En zonas como Artiberri (Berriozar), Eúlza (Barañáin) o Ardoy (Cizur Mayor) se puede comprobar el resultado de edificar en pocas alturas. Al no vivir demasiada gente por km² no es rentable poner negocios ni servicios en estas áreas y los negocios que hay tienden a ser pequeños monopolios. La gente de esas zonas tiende a ir al bar, a la peluquería, al supermercado y al médico a las zonas más pobladas de sus localidades, cuando no al centro de Pamplona.
Ese el problema menor del asunto. En la construcción el margen de beneficio está en torno al 2'5%, o sea que es pequeño. Merece la pena seguir en el negocio, pero no meterse a crear una nueva empresa porque para competir con las que están habría que reducir aún más el margen de beneficio. O sea que la situación provoca que en la construcción tiende a haber monopolios. Y ya sabemos que los monopolios encarecen los productos y no tienen incentivo de mejorar su calidad demasiado. Pero analicemos un poco más el por qué del pequeño margen de beneficio de la construcción y de la escasa innovación y abundante corrupción en este sector.
Como menciono arriba, el diablo está en los detalles. Y es que, si bien en principio liberalizar el suelo es una idea estupenda, de poco sirve si te limitan exageradamente la cantidad de viviendas que vas a levantar. La triste realidad que provoca esta situación es que los empresarios españoles del gremio de la construcción para poder maximizar el beneficio emplean una parte importante de sus recursos económicos en sobornar a los ayuntamientos de turno para poder construir más y tener un beneficio menos reducido. Ahí empieza la corrupción política y urbanística y ahí empieza el encarecimiento de la vivienda. El problema es que los ayuntamientos basan a menudo sus finanzas en este sector. Un ayuntamiento pequeño es más dado a este modo de actuación que uno grande, entre otras razones porque no tiene otros recursos. El tener tantos ayuntamientos tan cercanos, pero mirando cada uno para su lado en vez de coordinada y conjuntamente es un gran problema para sus habitantes. Entre otras razones porque provocan el encarecimiento de la vivienda. Esto se puede y debe impedir fusionando municipios y dejando que las constructoras edifiquen más de acuerdo a sus propios cálculos económicos. Así los ingresos de las constructoras se basarían en la venta de viviendas, y no en tener que invertir en sobornar a políticos locales para construir más y así podrían hacer un negocio rentable. Esto ocasionaría que las constructoras compitieran más entre sí en precio y calidad redundando en beneficio del consumidor.
Tener un gran ayuntamiento para toda la actual comarca de Pamplona abarataría de forma sustancial la vivienda. Lo mismo pasaría en Madrid si se unieran todas las localidades cercanas como Móstoles, Leganés..., o en Barcelona si se le unieran Hospitalet de Llobregat, Badalona...y en cualquier otra parte de España. No es lo mismo tener grandes mercados de oferta de vivienda (una Pamplona mayor) que varios pequeños monopolios (en Huarte, Cizur Mayor, Orcoyen...) dirigidos, no por la oferta y la demanda, sino por el político local de turno. Insisto en que la corrupción también se da en grandes municipios, pero es menor porque hay menos amiguismo y más transparencia.
Esta corrupción municipal, con la colaboración de buena parte del sector bancario, es la que ha provocado la burbuja inmobiliaria en España y otras partes del mundo. El problema no fue la sobreoferta de nueva vivienda, sino la combinación de la corrupción (mordidas mediante) combinada a una oferta gigantesca de vivienda nueva y que los bancos dieran préstamos a casi todo el mundo. Por otra parte una cosa es poner en el mercado una gran oferta inmobiliaria centrada sólo en la vivienda nueva y otra es poner una buena oferta de viviendas nuevas compitiendo con cientos o miles de locales, bajeras y oficinas como futuras viviendas. Sí, todos esos locales vacíos deberían entrar en el mercado de vivienda sin trabas políticas. ¿Que nadie viviría en un bajo? No todo el mundo, pero sí bastante gente, con tal de abaratar la inversión en vivienda. Además ya hay una gran cantidad de viviendas edificadas en bajos. Muchas antiguas oficinas y negocios de Pamplona se han convertido en viviendas. Debería extenderse esa posibilidad a todos los locales.
Bajeras vacías y pisos construidos en bajos.
Por otro lado el hecho de que quede tan poco margen de beneficio para las empresas de la construcción, debido a los sobornos que tienen que pagar, ha desincentivado en el sector inmobiliario la innovación en las viejas empresas y la entrada de nuevas empresas para competir en precio e innovación. Cuando hablo de innovación me refiero a lo poco que ha cambiado este sector económico en las últimas décadas.
El sector automovilístico desde que se inició ha dado un giro completo en innovación. Las fábricas y vehículos hoy en día están completamente robotizados y hoy en día está mucho más asequible económicamente un vehículo que hace 50 años, cuando no había más de un coche por familia. Hoy en día es muy común que el padre, la madre y los hijos adultos dispongan cada uno de vehículos propios. El sector automovilístico tiene abundante mano de obra entrenada y altamente cualificada para manejar las máquinas con las que trabaja. En cambio el sector de la construcción no requiere de una masa de trabajadores cualificados, sino de una masa de trabajadores no cualificados o poco cualificados. Los más cualificados en el sector de la construcción suelen ser minoría. Insisto en que este sector apenas ha evolucionado tecnológicamente en los últimos 50 años. En consecuencia el sector de la construcción es además el sector menos productivo de la economía. Se ha mejorado la técnica de aislamiento contra la humedad, el frío y el calor, hay mejores grúas..., pero la técnica de la construcción no ha dado el giro de 360° que han dado los constructores de vehículos.
El sector de la construcción necesita menos la manaza de los políticos para que entren más empresas a construir y así el sector estará obligado a innovar y abaratarse. Los grandes casos de corrupción inmobiliaria en España se han dado generalmente en ayuntamientos pequeños. Esto no implica que los ayuntamientos grandes se libren de la misma, pero no es tan habitual. Es lógico que cuantos más ayuntamientos, más posibilidades haya de que alguien meta la manaza. Sobre todo cuando son ayuntamientos pequeños o medianos, y por tanto no supervisados. Es que es obvio. Es como poner droga delante de un drogadicto y pretender que no se drogue. Los ayuntamientos menores dependen de los ingresos de la construcción y es fácil de que nadie se entere de que sobornan a un constructor. Insisto: HAY QUE FUSIONAR AYUNTAMIENTOS. Los ayuntamientos cuanto mayores más transparentes.
Lo ideal para bajar el precio de algo es que haya competencia. Para abaratar la vivienda hay que poner muchas menos trabas a las constructoras en edificar la cantidad de viviendas que vayan a edificar en el terreno que les pertenece. También hay que facilitar que bajeras sin ningún uso, oficinas... entren en el mercado para posibles viviendas y hacerlo sin tanta traba burocrática. Hay locales que llevan décadas sin uso alguno que se les daría salida así. Si hay que modificar la legislación para cambiar de uso del terreno o del local, pues se cambia.
Protegiendo al propietario se abarata la vivienda
En vez multar a los dueños de una vivienda por tenerla vacía, hay que incentivarles a venderla o alquilarla con bajadas de impuestos. Por otro lado hay que legislar contra los ocupas y morosos y a favor de la propiedad privada. Si tienes leyes laxas contra los ocupas y morosos lo que vas a lograr es que menos propietarios se animen a alquilar y en consecuencia, al haber menos viviendas en el mercado, suba el precio por la falta de oferta. Además poner multas por viviendas vacías tampoco logra abaratar la vivienda, sino que la encarece. La izquierda tiene la idea equivocada de que quien tiene posesiones, sea un piso, un terreno... es porque lo ha conseguido deshonestamente. La realidad es completamente diferente. La gran mayoría de gente que tiene un piso extra se lo ha currado para tener una inversión para su pensión el día de mañana o para dársela a sus descendientes como herencia. Las leyes de la herencia y contra las viviendas vacías no van realmente en la práctica en contra los fondos buitres como nos aseguran algunos políticos, sino contra las clases medias y trabajadoras, porque estas medidas redundan en el encarecimiento de la vivienda o los locales. Heredar el pisico o la casica por el que tus padres o abuelos han sufrido una vida entera no consigue el fin por el que los familiares fallecidos se habían dejado la piel. Las dichosas leyes de sucesión hacen que sea a menudo mejor no heredar y cederlo al político corrupto de turno. Repito: Estas leyes injustas contribuyen también a encarecer la vivienda.
Las leyes que protegen a los inquilinos indirectamente los perjudican porque encarecen la vivienda, ya que el propietario va a pedir mayor seguridad económica (pago de dos mensualidades, depósitos...) a sus inquilinos por miedo a que luego no le paguen. Vamos, que como inquilino hay que soltar más pasta o encontrar avalista. Y para las clases medias y trabajadoras resulta a menudo imposible de pagar. En resumen, para abaratar la vivienda hay que legislar a favor del propietario y permitir que entren en el mismo mercado oficinas, bajeras vacías y todo tipo de locales, así como construir algunas viviendas nuevas. Enfocarse únicamente en construir viviendas en cantidades gigantescas puede ser la causa de una nueva burbuja inmobiliaria. Para abaratar es más acertado diversificar el sector de la vivienda sin dejarlo enfocado únicamente en construir nuevos edificios. Hay que fomentar que se ponga en el mercado lo que ya está edificado, pero también hay que construir. En definitiva hay que dar pie a que se amplíe la oferta. A mayor oferta, menor inflación.
Y para conseguir maximizar la transparencia, la competencia y la oferta de viviendas, es necesario fusionar ayuntamientos. La fusión de municipios es la solución de muchos de los problemas que tiene España, pero son miles y miles los concejales que se oponen a llevarlo a cabo, no por el bien de la ciudadanía, sino porque está en juego su medio de vida. Y mientras tanto las pensiones están en entredicho y la vivienda impagable.
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También podría pagar el rescate a Bankia de 64.900 M€ la banca y no los ciudadanos. Eso sí que sería un gran ahorro
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