El 28 de mayo de 1995 se celebraron elecciones al Parlamento Foral de Navarra que arrojaron el siguiente resultado (de 50 escaños en total): UPN 17, PSN-PSOE 11, CDN 10, IU 5, HB 5 y EA 2. El CDN se estrenaba como partido escindido de UPN pero recogió votos tanto de UPN como del PSN-PSOE. Ante este panorama tan disperso, decidieron y acordaron formar gobierno cuatripartito entre PSN-PSOE, CDN, IU y EA, dejando en la oposición tanto a UPN como a Herri Batasuna (hoy Sortu/EH-Bildu). La presidencia de la Comunidad Foral recayó en el socialista Javier Otano (PSN-PSOE) con consejeros de CDN y EA, mientras que la alcaldía de Pamplona recayó en Javier Chourraut (ex-UPN reciclado en el CDN). Hay que tener presente que en el cuatripartito de 1995 el peso panvasquista era de 2 parlamentarios y 1 consejero únicamente (consejero por cierto que colocó la ikurriña en el despacho oficial).
Pues bien, a pesar del escaso peso panvasquista, el ejecutivo del socialista Otano hizo tal giro en ese sentido que aprobó con el Gobierno Vasco un acuerdo de colaboración, refrendado en el Parlamento Foral el 11 de junio de 1996, contando en todo momento con el aval de la cúpula del PSOE a nivel nacional sita en la Calle Ferraz de Madrid. Por fortuna, a los días un escándalo de corrupción obligó a Otano a dimitir y a pesar de la insistencia de sus socios de gobierno por mantener el cuatripartito, el PSN-PSOE decidió romper el gobierno, pasar a la oposición y dejar paso a un ejecutivo en minoría de UPN para el resto de la legislatura. Hay que tener en cuenta que tras el escándalo de corrupción del "caso Otano" se sumaba a la larga lista de corruptelas de la era "Urralburu", que dejaban al PSN-PSOE muy tocado y con escasa credibilidad política.
El Órgano Común Permanente no era otra cosa que una mancomunidad de Comunidades Autónomas, en la que la C.A. Vasca y la Comunidad Foral de Navarra cedían competencias a este órgano que pasaría a ejercerlas con influencia en ambos territorios. Una de las cosas que incluía el pacto era una política lingüística muy similar a la seguida por la pasada legislatura por el ejecutivo de la señora Barcos. En realidad no era más que una fusión de ambas comunidades y la implantación de políticas identitarias panvasquistas en Navarra. El proyecto era tan osado que durante los siguiente 15 años el separatismo pro-anexión (PNV, EA, HB...) ha defendido en todo tipo de foros y negociaciones (incluida la negociación de Zapatero con la ETA) recuperar esta figura. Incluso el ex-lehendakari Francisco Javier López Álvarez alias "Pachi López" defendió en 2005 recuperar esta figura.
Si traemos a colación el tema del Órgano Común Permanente de Otano (PSN-PSOE) y su banda es para demostrar a nuestros lectores y a los navarros en general que el PSN-PSOE nunca ha sido trigo limpio y que ha estado dispuesto a vender Navarra en numerosas ocasiones. La duda que nos puede quedar es si esta política rastrera, cortoplacista y falta de escrúpulos se debe únicamente a la búsqueda desesperada del poder o si también obedece a un panvasquismo oculto de buena parte de los dirigentes y militantes de un partido que está resultando esquizofrénico y suicida para el futuro de Navarra como comunidad política propia e integrada en España. El constitucionalismo, navarrismo, españolismo o como queramos definirlo no puede aspirar a contar con el PSN-PSOE y a repartir el "quesito" foral. Hay que construir un espacio propio y de mayoría sin contar con quienes más pronto que tarde nos acabarán vendiendo y traicionando por un rastrero sillón y sus correspondientes prebendas durante una o dos legislaturas. Sirva de ejemplo y escarmiento lo que los socialistas navarros hicieron en 1995 con el beneplácito de Ferraz. ¿Se puede seguir confiando en el PSN-PSOE? ¿Es el PSN-PSOE un partido constitucionalista y opuesto al anexionismo panvasquista? ¿De verdad hay alguien que no contemplaba la posibilidad de que Chivite/Txibite pudiera ser presidenta con un pentapartito que incluye de una u otra forma a Sortu/Bildu/Batasuna?
Alguna alternativa tendremos?
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